La paradoja de las sociedades basadas en economía del conocimiento

La economía del conocimiento es un modelo económico que prioriza la generación, difusión y aplicación del conocimiento y la información para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo. En este paradigma, la innovación y la tecnología juegan un papel central, y la educación y la investigación son fundamentales para impulsar la productividad y la competitividad.

En Argentina, en los últimos años, ha sido un tema relevante, especialmente debido a su potencial para impulsar el crecimiento económico y la competitividad en un mundo cada vez más digitalizado. En el país, se han implementado diversas políticas y programas para fomentar la innovación, la investigación y el desarrollo tecnológico como parte de la economía del conocimiento.

La Argentina en el mapa internacional de la economía del conocimiento

Uno de los hitos importantes fue la Ley de Economía del Conocimiento, aprobada en 2019, que busca promover y estimular actividades económicas basadas en el conocimiento y la innovación. Esta ley ofrece beneficios fiscales y tributarios a empresas dedicadas a actividades como software y servicios informáticos, biotecnología, nanotecnología, industria aeroespacial, entre otros. Además, busca fomentar la creación de empleo de calidad y la formación de recursos humanos altamente capacitados en áreas de tecnología y conocimiento.

Sin embargo, a pesar de los beneficios potenciales de la economía del conocimiento en una parte significativa de la sociedad queda excluida de estos avances. Esta de la conoce como la paradoja de la exclusión. Esta puede deberse a una serie de factores, como la falta de acceso a la educación de calidad, la falta de infraestructura tecnológica y/o la falta de recursos económicos.

La economía del conocimiento en salud

Este paradigma económico, que pone énfasis en el valor del conocimiento, la innovación y la tecnología, está dejando una huella profunda en el sector de la salud, marcando el comienzo de una nueva era en la atención médica.

La economía del conocimiento en el ámbito de la salud se caracteriza por una serie de elementos distintivos que están revolucionando la forma en que entendemos y gestionamos la atención médica. En primer lugar, la investigación y el desarrollo (I+D) juegan un papel central, impulsando la creación de nuevas tecnologías médicas, medicamentos innovadores y tratamientos más efectivos basados en evidencia científica sólida.

Además, la tecnología de la información se ha convertido en un pilar fundamental en la economía del conocimiento en la salud. La gestión eficiente de grandes volúmenes de datos médicos, el desarrollo de sistemas de información interoperables y el uso de tecnologías de comunicación están transformando la forma en que los profesionales de la salud acceden, comparten y utilizan la información clínica, mejorando así la calidad y la eficiencia de la atención.

Pero, quizás lo más emocionante de la economía del conocimiento en la salud, sea la innovación en los modelos de negocio. La telemedicina, la medicina personalizada y otros enfoques innovadores están emergiendo como soluciones prometedoras para mejorar el acceso a la atención médica, reducir los costos y personalizar los tratamientos según las necesidades individuales de los pacientes.

De todos modos, en el mundo de la salud, cada vez más impulsado por el conocimiento y la tecnología, tambien surge la paradoja de la exclusión: la brecha entre aquellos que se benefician de la economía del conocimiento y aquellos que quedan rezagados se está ampliando.

En muchas comunidades marginadas, el acceso a servicios de salud de calidad sigue siendo limitado debido a la falta de instalaciones médicas adecuadas, la escasez de profesionales de la salud capacitados y la falta de recursos financieros. La brecha digital amplía la exclusión con estas comunidades dejandos provadas de los beneficios de la telemedicina y otras tecnologías de salud digital.

Esta exclusión no solo perpetúa las desigualdades sociales y económicas, sino que también tiene consecuencias graves para la salud pública. Las poblaciones marginadas tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas, tienen tasas más altas de morbilidad y mortalidad, y enfrentan barreras significativas para acceder a tratamientos efectivos y atención médica preventiva.

En resumen, si bien la economía del conocimiento ha traído consigo avances impresionantes en el sector de la salud, también ha exacerbado las desigualdades sociales y de salud. Para abordar esta paradoja, es crucial adoptar enfoques inclusivos que garanticen que todos tengan acceso equitativo a los beneficios del conocimiento y la innovación en el campo de la salud. Esto requiere no solo inversiones en infraestructura y recursos, sino también un compromiso firme con la justicia social y la equidad en la atención médica.

Publicado por Ariel Mario Goldman

Director General de Administración. Hospital Zubizarreta. CABA Profesor universitario (UBA/ISALUD/FAVALORO/UADE)

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