A raíz de la confesión de Antonya Cooper1, quien admitió haberle dado una gran dosis de morfina en 1981 a su hijo para detener el sufrimiento que causaba un cáncer avanzado, el debate sobre la eutanasia y el suicidio asistido, vuelve a estar en los medios. Durante años, en medio de controversias éticas y médicas, han emergido como temas cruciales en el ámbito de la legislación sanitaria en varios países alrededor del mundo. Estos términos hacen referencia a la práctica controlada de poner fin a la vida de una persona que sufre una enfermedad terminal o una condición médica irreversible, con el objetivo de aliviar su sufrimiento.
Para tener en claro, se distingue, por un lado, la eutanasia como la acción directa de un profesional de la salud para poner fin a la vida de un paciente, a menudo en respuesta a una solicitud expresa del mismo. Por otro lado, el suicidio asistido implica proporcionar los medios para que el paciente termine con su vida, como una dosis letal de medicamentos, que el paciente administrará por sí mismo.
Entre los principales argumentos de los defensores de estas prácticas, se destacan:
- Autonomía y dignidad: permite a los individuos tener control sobre el final de su vida, respetando así su autonomía y dignidad.
- Alivio del sufrimiento: Proporciona una opción para pacientes que experimentan un sufrimiento físico y emocional extremo, permitiéndoles morir con dignidad y sin dolor prolongado.
- Reducción de costos: En algunos casos, la eutanasia puede reducir los costos asociados con el tratamiento prolongado y costoso de pacientes terminales, liberando recursos para otros usos en el sistema de salud.
Quienes se oponen a estas prácticas argumentan lo siguiente:
- Ética y moralidad: Críticos argumentan que la eutanasia contradice principios éticos fundamentales, como el derecho a la vida y el deber de preservarla.
- Riesgo de abusos: Existe preocupación por el riesgo de que los pacientes sean presionados o coaccionados para optar por la eutanasia, especialmente en contextos de recursos limitados o estrés emocional.
- Alternativas subóptimas: Se argumenta que la prioridad debería ser mejorar los cuidados paliativos y el tratamiento del dolor, en lugar de permitir la eutanasia como opción de último recurso.
La lucides del paciente es fundamental en todos los casos, por lo tanto, los pacientes con problemas psíquicos y sobre todo las demencias avanzadas son los más difíciles de abordar, y van a aumentar debido al envejecimiento de la población. También, otro tema muy complejo (si se puede aún más) que requiere una discusión más profunda son los menores de edad.
El caso Argentino
En Argentina, el tema de la eutanasia y el suicidio asistido ha sido objeto de debate y discusión a lo largo de los años. Hasta el momento, no existe una legislación nacional específica que permita la eutanasia o el suicidio asistido. Sin embargo, se han dado algunos eventos significativos relacionados con este tema.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en 2012, emitió un fallo histórico en el caso «Fontevecchia, Carlos y D’Amico, Héctor vs. Editorial Perfil S.A.», donde se estableció que los pacientes tienen derecho a rechazar tratamientos médicos que prolonguen su vida de manera artificial, incluso si esto lleva a la muerte del paciente.
En 2018, se presentó en el Congreso de la Nación Argentina un proyecto de ley para legalizar la eutanasia y el suicidio asistido. El proyecto contemplaba la posibilidad de que los pacientes mayores de edad, en situación de enfermedad terminal o padeciendo sufrimientos físicos o psíquicos permanentes e intolerables, pudieran solicitar la eutanasia. Sin embargo, este proyecto no ha sido aprobado hasta la fecha y continúa siendo motivo de debate y negociación política.
En 2019, la Ley de Derechos del Paciente (Ley 26.529) estableció los derechos y deberes que tienen los pacientes en relación con la atención médica y el tratamiento de su salud. En el artículo 11, se prohibió las prácticas eutanásicas, pero permitió dejar directivas anticipadas para rechazar determinados tratamientos médicos, preventivos o paliativos. Es decir, aún impide la intervención de terceros para ayudar a poner fin a una vida, pero permite que sin tratamiento la enfermedad avance y la muerte llegue como consecuencia de un proceso biológico.
Países que aprobaron la eutanasia y/o suicidio asistido
Países Bajos2: Fue la primera norma del mundo donde se legalizó la eutanasia y el suicidio asistido. En 2002, se implementó en la práctica estableciendo condiciones estrictas que los médicos deben cumplir para realizar estos procedimientos.
Bélgica: También legalizó la eutanasia y el suicidio asistido en 2002, con regulaciones similares a las de Países Bajos.
Canadá3: La Corte Suprema de Canadá permitió el suicidio asistido en 2015, y en 2016 se promulgó legislación federal para regularlo bajo ciertas condiciones.
Colombia4: En 1997, la Corte Constitucional de Colombia despenalizó la eutanasia bajo ciertas condiciones específicas, siendo uno de los pocos países de América Latina donde es legal. Sin embargo, su regulación y la posibilidad de aplicación real no se dio hasta 2014.
Nueva Zelanda: El país fue el primero en el mundo en someter la eutanasia a referendo, junto a las boletas de las elecciones generales a finales de 2020. La mayoría de los votantes apoyó la medida, lo cual abrió las puertas para que el proyecto de ley entre en vigor el 6 de noviembre de este año, 12 meses después del recuento final de votos.
Luxemburgo: El Parlamento de Luxemburgo aprobó la legalización de la eutanasia en marzo de 2009. Los pacientes terminales tienen la opción de solicitar el procedimiento después de recibir la aprobación de dos médicos y un panel de expertos.
España: se volvió el primero de tradición católica, en 2020, en aprobar una legislación que garantiza a las pacientes terminales el acceso tanto a la eutanasia (administrada por un médico) como el suicidio asistido (en el que el paciente recibe los medicamentos con los que podrá poner fin a su vida). España autoriza su uso únicamente a personas que sufran una «enfermedad grave e incurable» o un padecimiento «grave, crónico e imposibilitante» que cause un «sufrimiento intolerable».
En Italia y Alemania, los parlamentos nacionales están tratando actualmente proyectos de legislación de la muerte asistida, después de que algunos casos judiciales recibieran sentencias favorables a los defensores de la práctica.
Conclusiones
En conclusión, la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido sigue siendo un tema de debate global, donde se enfrentan valores éticos y preocupaciones prácticas en la atención médica. Mientras algunos países avanzan hacia la aceptación de estos métodos como opciones legales, otros continúan debatiendo los límites de la autonomía individual y la responsabilidad colectiva hacia los más vulnerables en la sociedad.
- https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-las-redes/le-di-una-enorme-dosis-de-morfina-la-confesion-de-una-madre-sobre-la-muerte-de-su-hijo-de-7-anos-nid08072024/ ↩︎
- https://elpais.com/sociedad/2021-06-24/la-ley-holandesa-de-eutanasia-suma-un-respaldo-del-87-al-cumplir-20-anos.html ↩︎
- https://redbioetica.com.ar/eutanasia-en-canada/ ↩︎
- https://www.desclab.com/post/eutanasiacifras ↩︎
