En el corto plazo, no podemos dejar de observar la angustiante actualidad y los posibles escenarios, como los presentados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre las perspectivas negativas del trabajo. «Las perspectivas mundiales de los mercados de trabajo se deterioraron considerablemente durante el año 2022. Las nuevas tensiones geopolíticas, el conflicto de Ucrania, una recuperación desigual tras la pandemia y la obstrucción de las cadenas de suministro han creado las condiciones propias de un episodio de estanflación, el primer periodo de inflación alta y bajo crecimiento simultáneos desde la década de 1970.»1 En Argentina, dadas las conocidas condiciones económicas (como inflación del 95% anual), el trabajo formal ha sido superado por el trabajo informal y la caída del poder adquisitivo acumulado los últimos 5 años, ya supera el 20%. El crecimiento del PBI, aún mayor al esperado, del 5,2%, aún no logra distribuirse adecuadamente para generar crecimiento social. En otras palabras, hay que pensar medidas de corto plazo e inmediatas para revertir la tendencia de generación de empleos de baja calidad (sin las condiciones laborales vigentes y/o sueldo por debajo de la línea de la pobreza)
Desde una perspectiva más larga, se plantea otro escenario, pensando en los próximos 7/10 años (o sea un futuro mediato) que también debe ocuparnos en búsqueda de soluciones. El crecimiento poblacional y las desigualdades socioeconómicas que se ampliarían aún más. (Te recomiendo leer, si no leíste la entrada, Día mundial de la población: desafios para el 2030 ) Es decir, incluso tomando las mejores decisiones de corto plazo respeto al empleo, a mediano plazo tendremos más población pobre y menos población rica, con menor nivel educativo y mayor edad promedio. En resumen, tendremos menos recursos económicos para más gente.
En el futuro distópico de largo plazo, presentado por Yuval Noah Harari en su libro 21 lecciones para el siglo XXI, el trabajo será realizado por robots con inteligencia artificial (recomiendo leer el cap. 2 al respecto). Todo trabajador, incluso en los trabajos más complejos o creativos, será reemplazado por tecnología. Por supuesto, este futuro puede no cumplirse o ser medianamente diferente, pero te aseguro que los argumentos presentados son realmente interesantes de leer y deben ocuparnos en búsqueda de posibles soluciones. Difícilmente en el largo plazo, exista el trabajo tal como lo conocemos y los humanos deberemos generar valor no desde la producción económica.
En resumen, en el tanto en el futuro cercano como en el mediano y largo plazo, el empleo cambiará. Ya no será como lo conocemos, y debemos crear escenarios que nos permita contener a la población para que pueda estar «social y económicamente productiva»
La seguridad social y el sistema de salud
Claramente, los cambios laborales generan múltiples impactos en los sistemas de salud. Se ve afectada la accesibilidad y cobertura de obras sociales, la mayor demanda en el sector público y la menor cantidad de recursos que la gente dispone para el gasto de bolsillo. Las reformas de corto plazo, de índole administrativas, sobre las coberturas, los copagos, o los límites a los aumentos, son simplemente un granito de arena en el desierto.
Debemos repensar nuestro sistema de salud para estos escenarios futuros. Debemos pensar que sistema queremos y cuánto dinero estamos dispuestos a destinar (no podemos pretender cobertura infinita sin pagar por ella, no debe confundirse «gratis» con «gratuidad de acceso»). Demos mejorar la eficiencia y disminuir la fragmentación. En pocas palabras, debemos pensar en forma integral, dando respuesta a los cambios en el empleo, los sistemas de seguridad social y los sistemas de salud. El desafío no es simple, pero debemos ocuparnos.
De que seguridad social me están hablando! Están hablando de prepagas con costos altísimos, copagos, etc. Reducción de servicios y tratamientos. Ejemplos PAMI, medicamentos cardiológicos no al 100 %, prepagas a penas 60 % de descuento! Prepagas desconocidas, clínicas sin coberturas! Por Favor
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Justamente de eso hablo. De la necesidad de repensar el sistema en forma integral
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Parece una locura hablar de trabajadores robot. Y no es asi. Los cambios son determinantes y rapidos. Realmente preocupantes.
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Un tema el del desempleo… genera diferentes complicaciones; la principal la economica; pero esta trae aparejada problemas de salud por sobre todo de salud mental; ya que ante la ausencia de aportes psicosociales tales como solvencia economica, perdida de una posicion social valorada, imposibilidad de planificar un futuro etc surgen sintomas como depresion ansiedad disminucion de la autoestima y es alli donde para superarlos se necesita del apoyo tanto social del estado como afectivo o sea familiar.
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Me parece muy loable la preocupación y el trabajo de Ariel. Necesitamos muchas voces como la suya. Lo que me preocupa y me desvela es el poco interés de nuestros gobernantes por la salud de la población. Sería muy gratificante saber que se involucran en el cuidado de todos.
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Creo que nuestra sociedad lamentablemente en su gran mayoria ha ido perdiendo la cultura del trabajo ya que estas ultimas decadas se viene sosteniendo la pobreza estructural a traves de organizaciones sociales..
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Igual esto se da a nivel mundial, no solo en nuestro país. La simplificación de causas nos da simplificación de soluciones, y por lo tanto, soluciones de corto plazo
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Exacto; de acuerdo contigo.
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«no podemos pretender cobertura infinita sin pagar por ella, no debe confundirse «gratis» con «gratuidad de acceso»» Este análisis asusta. Ya que en la realidad el acceso gratuito, favorece a gran parte de la población sin cobertura o con cobertura de obra social precaria. ¿Cómo retribuiría una persona que apenas puede solventar su economía familiar y apaliar los costos económicos de la medicación o insumos para operaciones de su bolsillo? Y más como plantea el artículo, teniendo en cuenta la crisis geopolítica, migratoria y de exclusión social que atenta sobre el futuro de las condiciones de trabajo. Y la capacidad de aporte al sistema de salud, ¿es solo obligación o consecuencia de los trabajadores asalariados y el estado? Siempre pensamos desde los trabajadores, desde abajo hacia arriba. Cuando ellos no eligen ni el sueldo ni las condiciones de aporte y son quienes al hablar de salud manotean asistencia tras la urgencia. Si hablamos de una reforma integral, debemos incluir también a la industria farmacéutica. Y no hablo solo de la industria de producción de medicamentos, sino de las empresas gerenciadoras y mandatarias privadas de prestaciones farmacéuticas. Estas tercerizan la atención, gestión y administración de la prestación del sector de obras sociales, se llevan una tajeada del aporte de cada trabajador y de la facturación por reintegro del estado. Creo necesario también observar con gran interés y pensar la regulación de estos negocios entre empresas privadas con el sector de obras sociales. Claramente esta relación desfinancia la capacidad de inversión en salud fruto del aporte de los trabajadores. Esta reforma integral debe repensar al sector de cobertura social, la atención de sus obligaciones prestacionales a los pacientes, y desde el estado brindar una alternativa que hoy ofrecen estos sectores privados. Para mejorar el sistema de salud, también debe estar en la agenda mirar con atención los actores privados que interfieren en todas las instancias de atención. Esto ayudaría a pensar cómo mejorar la competitividad del sistema de salud estatal y su recaudación, para prepararnos a los escenarios de crisis que se aproximan.
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Hola Fabiana muy interesante tu análisis. Justamente cuando refiero a cuanto dinero estamos dispuestos a destinar a salud, me refiero a la sociedad y no individualmente. Y la industria no puede quedar exenta de la reforma y el repensar el financiamiento integral.
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Excelente nota de Fabiana, pero agregaría no atender en el sector de atención primaria o secundaria estatal a pacientes de países e inclusive en forma gratuita! Para el sector público y gobernante son hoy votos para su propio gallinero!
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