El virus no mira a quien contagia pero si a quien afecta. Desde los países hasta las personas es sobre los más débiles donde el virus causa estragos. Pero hay distintas debilidades. Están las debilidades individuales, entendiendo que las personas mayores, enfermas o con predisposiciones genéticas son aquellas que están más expuestas. Podemos ver como la tasa de letalidad en Ciudad de Buenos Aires aumenta de 1,55% para el rango 50-59 a 4,8% para 60-69, a 11,27% para 70-79 y a 18,7% en mayores de 80. Por lo tanto, debemos cuidarlas más y mejor, y una parte importante para esto, es cuidarnos todos y bajar la circulación del virus para no contagiar a estos grupos.

Por otro lado, están las sociedades más débiles. Aquellas sociedades más inequitativas, con grandes desigualdades sociales. En estas sociedades, las más vulnerables sufren más contagios, tienen menos acceso al sistema de salud, presentan mayor tasa de letalidad y sufren más las consecuencias económicas. Como ejemplo, tenemos el caso de los indígenas, latinos y afroamericanos en EEUU.

Finalmente, tenemos países más débiles, los países de bajo ingreso e ingresos medios bajos. Se caracterizan por tener grandes problemas de acceso a la salud, educación y alimentación. Gran parte de la población está sumisa a la pobreza y los estados, a pesar de los esfuerzos realizados y algunas excepciones, no lograron evitar los colapsos sanitarios y/o económicos. Acá vale destacar dos puntos. El primero, muchos países de altos ingresos han sufrido estos colapsos, sin embargo, la diferencia radica en la posibilidad de acceso al financiamiento para planes de rescate y recuperación. Por otro lado, países pobres, donde el virus no entró o no se expandió, han perdido financiamiento para sus programas básicos como acceso a la alimentación o al agua segura, consecuentemente, el virus genera muertes y pobreza aún sin contagiar.

Te dejo, como siempre, artículos para que analices y profundices los temas que sean de tu interes.
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- La COVID-19 y las desigualdades sociales
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- La pandemia del coronavirus puede duplicar el número de personas que padecen hambre extrema
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Este no será la última pandemia, espero que hayamos aprendido que para lograr mejores resultados debemos cuidar a los que nos rodean, especialmente a los más vulnerables, tener sociedades más equitativas y países con mayores ingresos. De otro modo, la historia se repetirá. ¿Es posibles o solo una utopía?