Otro delicado tema que nos trajo la pandemia es la muerte y el derecho a decir adiós. El caso de Solange Musse, nos trajo a escena nuevamente esta cruel problemática. Su padre no puedo ver a su hija en los días previos a fallecer porque no logró superar el protocolo para ingresar a Córdoba (él viajaba desde Neuquén). Sin embargo, esta no es la única arista del problema, a diario nos encontramos con familias que no pueden despedirse porque no pueden entrar a los hospitales, clínicas o sanatorios. También sufren la imposibilidad de hacer velorios y, quienes su familiar hayan sido positivo de Covid-19, tampoco pueden realizar entierros. Es decir, la pandemia afecta a infectados y no infectados por igual, los rituales debieron cambiar para todos.
La medicina acepta su limite, consecuentemente considera a la muerte como parte de un proceso natural y finalmente imposible de impedir, e incorporó a sus especialidades los cuidados paliativos. Según definición de la OMS, «son un modo de abordar la enfermedad avanzada e incurable que pretende mejorar la calidad de vida tanto de los pacientes que afrontan una enfermedad como de sus familias, mediante la prevención y el alivio del sufrimiento a través de un diagnóstico precoz, una evaluación adecuada y el oportuno tratamiento del dolor y de otros problemas tanto físicos como psicosociales y espirituales«. Dada esta definición, tanto el enfermo como la familia deben ser incluidos, debiendo desarrollarse protocolos que permitan, bajo condiciones seguras, despedirse a ambas partes y permitirle a la familia iniciar el duelo.
Seleccioné algunas notas periodísticas para que puedan leer y profundizar en los distintos aspectos y la complejidad que conlleva esta temática.
- CABA: Coronavirus impulsan un protocolo para poder visitar a pacientes terminales
- Una muerte digna: Mendoza permitirá el último adiós a los enfermos terminales de coronavirus
- La explicación de los funcionarios que no dejaron entrar al padre de Solange a Córdoba para despedirse de su hija: “Venía sin un hisopado negativo”
- Un concurrido velatorio origina uno de los últimos rebrotes de coronavirus en Andalucía
- América se aferra a los rituales fúnebres mientras la COVID se extiende
- Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el final de la vida
Les acerco unas serie de reflexiones propias que quiero compartirles.
Primero, el dilema que se plantea el derecho a la salud pública, que como bien explican las autoridades cordobesas, deben velar por la población de Alta Gracia, y el derecho a la salud individual, particularmente cuando vemos la cara de quien sufre y nos ponemos en lugar del padre o la misma Solange. Aquí, entran en juego disciplinas como derecho, medicina, sanitarismo o filosofía como también valores éticos y morales que la sociedad debe discutir.
Segundo, buscando noticias sobre el tema, descubrí que estos problemas han aparecido en nuestros medios en marzo y abril, cuando se discutían en Europa. Aquí, que hemos aprendido mucho sobre la pandemia de ellos, desde la necesidad de aislamiento temprano hasta conocimientos para tratar a los pacientes, en este punto hemos quedado muy retrasados. Los protocolos apenas se han presentado en un par de provincias y solo un puñado de sanatorios y hospitales han incorporado protocolos por su cuenta.
Finalmente, creo que la pandemia nos mostró lo frágil que es nuestra vida. A veces, dejamos pasar momentos importantes para concentrarnos en hechos pocos relevantes. Sin animo de caer en golpes bajos, simplemente te quiero recomendar que leas este texto de Juan Pablo Duque Parra, Vulnerables.
Te mando un saludo, y como siempre, te invito a que dejes tus comentarios aquí abajo para que podamos seguir leyéndonos.
Gracias Ariel por incorporar este tema y por la interesante nota de Duque Parra. Estamos viviendo una pandemia que deprimirá la economía y profundizará las desigualdades. Porque en estas crisis son clave las capacidades de proteccion y defensa de cada uno. En este escenario lo individual suele estar en conflicto con lo colectivo. Éso nos lleva a preguntarnos como se administra esa tensión? Con que criterio se lo hace? Sobre que plataforma normativa? Sobre que consensos sociales y políticos lo hacemos?
Creo que hoy solo podemos registrar la situación y pensar qué cambios estructurales nos debemos para que el futuro nos encuentre más preparados.
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